1.15.2008

Querido Bruno




Querido Bruno:

Hoy, al fin, después de tanto tiempo de tu ausencia, creo tener las fuerzas suficientes para dominar la angustia que me atenaza la garganta y las lagrimas que luchan por salir. Hoy, mi querido Bruno, hablare de ti.

Cuando viniste a vivir a casa eras un cachorrito esmirriado, un saquito de huesos y pelos sucios y ralos. Traías de todo, parásitos intestinales, catarro, conjuntivitis... y un carácter travieso e independiente que nunca pudimos domesticar.

Nunca había tenido un animal activo en casa, sí algunos pájaros y tortugas, pero tú eras otra cosa, tú viniste para ser un miembro más de la familia y a veces pienso que creías ser persona, por la forma de reclamar tu puesto entre nosotros.

Mi hija había insistido tanto, durante tanto tiempo, que, cediendo a sus presiones, fuimos a la protectora para adoptar un perro. No teníamos una idea predeterminada de como seria ese perro, no muy grande, tranquilo, cariñoso... y nos encontramos perseguidos por un cachorro flaco, que, obstinadamente se salía una y otra vez del corralito donde tenían a los cachorros, colándose con mucho esfuerzo por debajo de la puerta. Era evidente, no teníamos elección, tú nos habías elegido a nosotros.

Cuando nos contaron que ya habías estado unos días en otra casa y te habían devuelto al centro, pensamos que eran muy malas personas aquellas que despreciaban un animal enfermo, que nosotros te daríamos el cariño y los cuidados necesarios para que salieras adelante. Pronto descubrimos que no solo necesitabas cariño y cuidados, también una gran dosis de paciencia y tolerancia. Quizás las personas que te habían adoptado anteriormente no tuvieron suficiente de ambas cosas.

Y así comenzó tu vida como miembro de nuestra familia, llegaste a ser tan importante en nuestras vidas como nosotros en la tuya, nos diste tanto cariño que te perdonábamos todas tus trastadas, tus correrías y tus destrozos, que de todo hubo.

Hoy daré por terminada la escritura, habrá otras ocasiones, escribirte me hace bien.

Se despide tu ama que aún te quiere.

Fotografía de Bruno

1 comentario:

fonsilleda dijo...

Ya sabes, Bruno, Oska... ¡qué mas da!, algo especial tienen que tener esos seres para que se les sienta y se les acepte y se les quiera así.
Bicos